Carmen e Isolino Nogueiras, con su hija en Seixomil.Mi primo Isolino es el mayor de sus hermanos, emigró cuando su padre aún no había vuelto a España, tendría dieciocho años. A él le tocó ir a Venezuela, su padre aún estaba allí. Tuvo que casarse con su novia de siempre por poderes, caso contrario tendría que hacer un año de mili. Sacó adelante a sus hijos, dándoles los medios para progresar, incluyendo masters y doctorados. La gente en otros países va al ejército para conocer mundo. Nosotros, los gallegos, tratábamos de evitarlo muchas veces, pues cuando nos tocaba, ya llevábamos cinco o seis años rodando por el mundo.
Cuando estaba de navegando en el Montserrat, un trasatlántico español, yo tenía 19 años y era un chico educado, ponía a mis padres un telegrama: "salidos Kingston-Jamaica llegaremos la Guaira domingo 23". Aunque salidos en el barco había muchos, me encontraba yo por edad entre los más acentuados. Mi primo Isolino vino a verme, mis padres le pusieron un cable para avisarle de nuestra llegada. El bueno de Eloy el camarero y él estuvieron llamando toda la mañana en el camarote, creo que estaba dentro, dormido o más bien inconsciente, consecuencia de mis excesos en las salidas. Nunca me lo perdoné, tardé casi treinta años en volver a verle.
Mi primo Isolino, orgulloso heredero de la casa que preside estas notas, y su señora, vecina que fue de Seixomil, quieren la Concentración Parcelaria en A Bola.
