jueves, 12 de febrero de 2009

XUNTA DE GALICIA


A muchos que ya no nos interesa la lucha por el poder de los abanderados de la política, encontramos en sus declaraciones motivos de desmayo y desilusión. Los que en los sesenta y setenta nos oponíamos a las posturas dominantes, defendiendo las lenguas maternas, los derechos del administrado sobre el administrador, los derechos de clase de los trabajadores (que lejos suena) tenemos motivos para abatirnos o para amarrarnos una rueda de molino y tirarnos al mar.

En nuestro entorno ha florecido una clase política, acaparadora de poderes, excluyente en lo cultural, manipuladora, cuando no directamente fascista. Los partidos llenos de conseguidores dejan en la cuneta de la manipulación a cualquier "lobby"estadounidense. Los diferentes campus universitarios establecidos en Galicia han establecido como sistema de acceso, los méritos. El curso de perfeccionamiento de Galego, o equivalente, en cualquier puesto puntúa tanto como un doctorado. Dependiendo de la Universidad, el clientelismo es de un signo. Vamos a tener tres imprentas de diplomas y nuestras tres universidades serán fábricas de parados poco cualificados. Los partidos actualmente acaparan los contratos eventuales que puntúan para los concurso de provisión de vacantes, hay que ser fiel para ser incluso administrativo. Mientras tienen a la mayor parte de la juventud, no involucrada en sus manejos, con contratos basura o sin contrato. Ello no es rentable al contribuyente ni competitivo para el país.

Los desocupados de las administraciones llenan foros, chats y lineas telefónicas, mientras estas se disputan los restos de las competencias.

El Ministerio de Medio Ambiente posee en la Coruña un radar meteorológico para detectar fenómenos adversos desde hace unos diez años, sus datos se difunden gratuitamente a través de internet. La Consellería de Medio Ambiente instala otro en Cuntis (Pontevedra), para autoprotección de Galicia. No colaboran entre ellos y además compiten sin problemas financieros con el pecunio del contribuyente.

Aquellos que durante muchos años estuvimos pasando fronteras para mejorar nuestras vidas, para ganarnos el pan o simplemente para sentirnos libres, sufriendo humillaciones a la salida y a la vuelta, nos sentimos, como poco, avergonzados de la generación de "patriotas" fabricantes de fronteras que nos han sucedido. Nos hacen recordar los más negros tiempos de esta sociedad. Corrupción en unos, incompetencia en otros y en los autoproclamados herederos de los valores patrios, un minifundismo intelectual que impide cualquier avance social.

Soy un trabajador modesto de la Administración, la gente que se levanta a las seis de la mañana para pagarme el sueldo, se merece algo mejor que yo. Puedo asegurar que hago lo más que puedo, lo que no me impide pensar que cuando una organización no funciona no es culpa de los curritos, es culpa de la incapacidad de los dirigentes. Y creo que nos hemos puesto en malas manos. Y lo que es peor, no veo horizontes. Se necesita sangre joven que no esté podrida por las estrategias políticas y económicas que tan mal nos conducen.

Si un pecado político existe es matar la esperanza. Pero seguiremos luchando porque renazca.